El Cerdo de raza 100% Ibérico del que procede la pieza que puedes degustar pertenece a una de las cabañas de nuestros ganaderos y nació exactamente este día.

La montanera es ese momento mágico que transcurre entre los meses de noviembre y marzo, en el que los pastos y bellotas maduradas alimentan a nuestros cerdos 100% Ibéricos, transfiriendo al jamón todas sus cualidades organolépticas y saludables: ácido oleico, proteínas y antioxidantes naturales.

Este día, el animal finalizó su etapa de alimentación en montanera y de su crianza natural en ese entorno único de dehesas donde moverse en libertad, lo que dará lugar a una carne de mayor calidad, con una textura y jugosidad incomparables.

La pieza entra en un proceso de salado para su conservación natural, tradicional y ancestral. Aportando un toque de sabor pero con baja salinidad, para permitir que se exprese por encima de todo el dulzor característico de la bellota de nuestras dehesas.

Cuando la pieza está en su punto perfecto de sal, está lista para entrar en nuestras bodegas naturales para su curación.

Llega un momento de extremo cuidado artesanal y paciencia: la curación lenta y pausada en nuestras bodegas naturales rodeadas de un clima privilegiado, donde nuestros Maestros Jamoneros controlan cada aroma, el punto exacto de sal y la temperatura óptima de curación hasta crear una pieza única.

La maduración natural en el tiempo, hace despertar aromas y sabores, transformando cada pieza en un placer excepcional. Es el momento en el que el Maestro Jamonero percibe que la pieza está en su punto máximo, encerrando en su interior un torrente de sensaciones que saldrá a la luz desde el primer corte y con cada degustación en paladar.